Cubano que mató a la esposa se suicida en fuga fallida hacia la isla

Cubano que mató a la esposa se suicida en fuga fallida hacia la islaPOR REDACCION CAFEFUERTE

El cubano que mató a su esposa en la ciudad de Houston, Texas, y trató de escapar a Cuba, terminó disparándose un balazo en el pecho a bordo de una embarcación robada a los amigos que lo acogieron cuando llegó ilegalmente a Estados Unidos.

“Estoy condenado a morir porque maté a mi esposa y tengo que huir… Perdónenme”, escribió Noel Sosa Ruiz a la pareja de Cayo Largo que lo recibió tras llegar en una operación de contrabando desde Cuba en el 2007.

El cuerpo sin vida de Sosa, de 41 años, fue encontrado en un barco a la deriva muy cerca de Cayo Sal, Bahamas, a unas 20 millas de las costas cubanas, según informó el Servicio de Guardacostas.

El hombre, que tenía licencia de guardia de seguridad, era buscado por la Policía de Houston desde el pasado 27 de octubre, cuando asesinó a tiros a Yodanis Cruz Rojas, de 29 años, también cubana y madre de tres niñas menores.

Ese día, alrededor de las 6 p.m., calculando la hora del cierre, Sosa llegó a la clínica dental donde trabajaba su esposa en el suroeste de Houston, entró al lugar y le hizo varios disparos mortales en el pecho. Testigos y personas allegadas a la familia, dijeron que la pareja había estado discutiendo todo el día por celos y asuntos domésticos.

La tragedia dejó huérfanas a tres niñas que en el momento del incidente esperaban en una guardería a que su madre las fuera a recoger. Las menores tienen cinco años, 18 meses y siete meses; las menores son fruto de la relación de Sosa y Cruz, y la mayor es de un padre diferente.

Las tres  han sido puestas bajo protección de las autoridades estatales en Houston, pues no se conocen familiares allegados en el área.

Tras el asesinato, Sosa huyó rumbo a Florida en su camioneta Dodge Caravan con la idea de que podía llegar a Cuba.

Volver a terreno conocido

La policía de Houston arreció la búsqueda y alertó a los agentes de Florida, así como a las autoridades del Servicio de Guardacostas y de la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas.

Presuntamente el fugitivo viajó a Kissimmee, Florida, para contactar a una hermana suya. Allí cambió de vehículo y se dirigió al lugar por donde entró a territorio estadounidense años atrás: la comunidad de casas móviles de Travel Trailer Town de Cayo Largo.

En Cayo Largo contactó a sus viejos amigos y compatriotas Juan Carlos Leyva y Magaly Rivas, quienes tiempo atrás le habían conseguido un empleo a través de un primo que reside en Houston.

Como buenos anfitriones cubanos, la pareja le buscó un espacio en casa de un vecino. Pero Sosa estaba intranquilo e insistía en salir a pescar, a pesar de la inclemencia del tiempo que azotó al sur de la Florida desde la pasada semana.

En las primeras horas de la madrugada del viernes, Sosa se robó la embarcación Mako, de 21 pies de eslora, que pertenecía a Leyva.

La pareja anfitriona se percató del robo del bote y comprendió lo que estaba sucediendo por la nota que Sosa había dejado en su camioneta. Y lo denunciaron a la policía, que de inmediato puso en alerta a los guardacostas estadounidenses.

Una enorme tragedia

Alrededor de las 10:30 a.m. del viernes, un avión de reconocimiento del  Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) informó a los guardacostas que un barco estaba a la deriva en dirección sur y que algún tripulante había pedido ayuda con una luz de bengala.

El patrullero Nantucket salió rumbo al lugar mientras un avión le dejó caer en el bote un radio, una bomba de propulsión, comida y una balsa.

Sosa intentó usar el combustible que extrajo de la bomba para llegar a Cuba, pero su cálculo fue erróneo. Cuando el escampavías se acercó al Mako, no vio otra salida que suicidarse con una Beretta calibre 40, según dijo Becky Herrin, portavoz de la Oficina del Alguacil en el condado de Monroe.

El abordaje de los agentes policiales se produjo al atardecer del viernes. El cuerpo de Sosa yacía sin vida.

El Nantucket trajo a tierra el cuerpo de Sosa, que permanece en el Departamento de Medicina Legal de Monroe en espera de los trámites de rigor y de una posible reclamación del cadáver.

Mientras, en Houston, tres niñas aguardan por una decisión de un tribunal familiar que decidirá su destino, sin poder siquiera percatarse de la enorme tragedia que marca ya para siempre sus vidas.

Información relacionada:

Video sobre el asesinato en la clínica Smiley Dental de Houston

Orden de captura de la Policía de Hoston

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