Falleció en Miami el general José Quevedo Pérez

Falleció en Miami el general José Quevedo Pérez
El General José Quevedo Pérez (der.) en Miami.

Por IVETTE LEYVA MARTINEZ

El general José Quevedo Pérez, el militar cubano que hizo historia sumándose a las filas de Fidel Castro durante una cruenta batalla de 1958, falleció este miércoles en Miami víctima de un infarto, a los 85 años.

Quevedo murió en su casa en el suroeste de la ciudad, alrededor de las 3 p.m. En la mañana había asistido a un chequeo médico con resultados satisfactorios, según relató a CaféFuerte su hijo, Roberto Quevedo.

“Era un buen hombre y un buen cubano a quien le tocó un protagonismo especial”, opinó el ex comandante Huber Matos, quien fue su amigo y se reunía con él en Miami.

Matos, quien cumplió 20 años de prisión en Cuba, considera que Fidel Castro usó su astucia para neutralizar a Quevedo en la Sierra Maestra.

“Quevedo luego cooperó con el régimen creyendo que era una buena causa, como nos ha pasado a tantos miles de cubanos, pero rectificó hacia el final de su vida”, agregó Matos.

Retirado como General de Brigada de las Fuerzas Armadas de Cuba (FAR), vino a Miami en noviembre del 2003 para visitar a un hijo enfermo de cáncer que falleció días después de su llegada.

Decidió entonces permanecer en Estados Unidos y se mantuvo alejado de la vida pública hasta mediados del 2006, cuando realizó presentaciones en centros académicos y compareció en la televisión de Miami, distanciándose del régimen cubano.

Quevedo marcó un giro en en la historia cubana contemporánea al abandonar el ejército constitucional y abrazar las filas de los rebeldes comandados por Fidel Castro en la batalla de El Jigüe, en julio de 1958.

La Operación Verano, encomendada a Quevedo por el General Eulogio Cantillo, fue estratégicamente concebida para golpear al Ejército Rebelde en sus bases de la Sierra Maestra. El entonces mayor Quevedo comandaba el Batallón 18, que fue rodeado y desmantelado por las tropas insurrectas.

Tras negociar la rendición con Fidel Castro, su antiguo compañero de estudios de la universidad, Quevedo y otros militares se incorporaron a las fuerzas rebeldes, propinándole un golpe desmoralizador al ejército y al régimen de Fulgencio Batista.

Militar de carrera

Nacido en La Habana el 1ro de agosto de 1925, Quevedo creció en un ambiente de militares, pues su padre fue un coronel del ejército constitucional hasta 1945.

En 1943, el joven Quevedo se presentó a una convocatoria de la Escuela de Cadetes de El Morro, de la que egresó tres años después con grados de primer teniente. Para entonces ya había terminado también  el primer curso de la carrera de Derecho en La Universidad de La Habana, donde conoció a Fidel Castro.

Al producirse el golpe militar de Batista, el 10 de marzo de 1952, Quevedo se hallaba en la Academia para oficiales del ejército de Estados Unidos en West Point, Nueva York. A su regreso a Cuba fue designado Jefe del Cuartel de San Ambrosio, principal centro de suministros de las fuerzas armadas.

En esos años ejerció también como profesor de la Escuela Superior de Guerra, ubicada en el Castillo de Atarés.

Por su prestigio y liderazgo dentro del ejército, fue asignado para encabezar la ofensiva contra las tropas de Fidel Castro en el verano de 1958. Después de 10 días de fuertes combates y empecinada resistencia, sostuvo conversaciones con Castro y se pasó a sus filas. “Jamás pensé que el Ejército Rebelde pudiera derrotarnos, por muy bien que estuviera preparado”, confesó Quevedo años después.

Elogios de Fidel Castro

En una carta escrita en diciembre de 1958, Fidel Castro se refirió a Quevedo como “uno de los más pundonorosos y honrados comandantes del Ejército” constitucional y  un “abanderado espontáneo y legítimo” de la causa revolucionaria.

Recientemente, Castro le dedicó al militar el capítulo “Quevedo en Jigue” en su libro de memorias La victoria estratégica, publicado el pasado año.

Como militar de formación, Quevedo asesoró a las fuerzas del Ejército Rebelde, aunque pidió no enfrentarse a sus colegas de armas. Al triunfo de la revolución de 1959, permaneció en las Fuerzas Armadas y fue designado como el primer agregado militar cubano en la Unión Soviética.

En 1994 fue ascendido a General de Brigada por decreto del actual gobernante Raúl Castro.

En Miami se dedicó a escribir sus memorias y dejó tres libros inéditos sobre pasajes de la guerra revolucionaria y testimonios de su participación en el gobierno de Fidel Castro.

Tras la enfermedad de Fidel Castro, en julio de 2006, llamó a sus antiguos compañeros de armas a no reconocer al gobierno de Raúl Castro y no cooperar con los aparatos represivos del régimen.

Lo sobreviven en Miami su esposa Berta Montesinos, de 77 años, y sus hijos Roberto y Katia. En Cuba, su hija Susana Quevedo.

El velorio se realizará el viernes a las 6 p.m. en la funeraria Memorial Park, sita en Coral Way y la 97 avenida, en Miami. El entierro será el sábado al mediodía en el cementerio Miami Memorial Park, en 6200 SW  77  Ave.

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