Adolfo Casas, un grande de la lírica cubana

El tenor Adolfo Casas (1947-2012)

El tenor Adolfo Casas (1947-2012)

Por Pedro García Albela

Ha muerto el tenor y director del Teatro Lírico de Cuba Adolfo Casas, y la triste noticia no ha podido sino conmocionarnos a todos cuantos le conocimos personalmente, fuimos admiradores de su brillante trayectoria en el difícil y hermoso arte de la lírica, y apreciamos además su calidad humana, no menos alta que la profesional.

Casas murió el pasado domingo en La Habana como consecuencia de un accidente cerebrovascular. Tenía 64 años.

Nacido el 2 de diciembre de 1947 en la ciudad de Pinar del Río, adonde pocas luces llegaban de la capital y de otros focos culturales de la isla, supo expresar tempranamente -a los 16 años- su vocación y sus extraordinarias cualidades para el canto lírico, con su debut en la ópera Bastian y Bastiana, de Mozart.
 
Luego vendrían los estudios superiores en Bulgaria,el estreno europeo en ese país, donde también fue premiado en el Concurso Internacional para Jóvenes Cantantes, y seguidamente una cadena de actuaciones exitosas tanto en Cuba como en importantes plazas operísticas de Europa, Asia, América Latina y Canadá, e igualmente en los tres géneros líricos, la ópera, la opereta y la zarzuela.
 
Su voz más juvenil de tenor lírico-ligero fue adquiriendo con el tiempo mayor volumen y resonancia dramática, y así fue como pudo transitar en su repertorio desde el Rodolfo de La Boheme, el Alfredo de La Traviata, el Duque de Rigoletto o el Almaviva de El barbero de Sevilla hasta el Radamés de Aida, el Canio de Los Payasos y el Turiddu de Cavalleria Rusticana.
 
El nombre de Adolfo Casas, quien se destacó asimismo, ya en su madurez, como pedagogo y formador de nuevas generaciones de cantantes líricos cubanos, estará a partir de ahora junto a los de Francisco Fernández Dominicis, Manolo Alvarez Mera, Miguel de Grandy y Antonio Lázaro en la inmortalidad artística, entre los grandes tenores cubanos de todos los tiempos.

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