La increíble y triste historia de Cuba en la Liga Mundial de Voleibol

Ciudad Deportiva, un coliseo fuera del aire.

Ciudad Deportiva, un coliseo fuera del aire.

Por José González

Ya nada sorprende cuando del deporte cubano se trata. Da lo mismo que no haya dinero para climatizar la Ciudad Deportiva, que se tenga que ir al exterior para jugar la Liga Mundial o que un atleta esencial solicite la baja a escasos dos meses de la competencia preolímpica, preámbulo obligado del principal objetivo del cuatrienio: los Juegos Olímpicos de Londres. No asombra, sí molesta.

La propia prensa cubana destapó recientemente la caja de Pandora tras una reunión con directivos de la Federación Cubana de Voleibol (FCV): “La Ciudad Deportiva no cuenta con la climatización adecuada -lo cual quiere decir que no cuenta con los tres aires acondicionados de 400 pulgadas necesarios y con la infraestructura también necesaria para dicha renovación- por lo que nuestra sede será trasladada, en junio próximo, hacia el Palacio de Voleibol de Santo Domingo, en República Dominicana”.

Con sus acostumbrados eufemismos, el diario Granma dio la noticia hablando de un presunto “calor dominicano” que estará de nuestra parte en los partidos de casa (ahora “casa ajena” aunque vecinos caribeños sean) de la Liga, que arranca el próximo 18 de mayo. El Palacio dominicano, con capacidad para 7,000 espectadores, recibirá a Rusia, Serbia y Japón para cumplir allí una serie del 15 al 17 de junio.

Las ilusiones perdidas

A los cubanos nada les es ajeno y esa situación era esperada. No hay que presumir de profeta para saberlo. Sería insensato creer que en medio de la “reestructuración económica” las autoridades del Instituto Nacional de Deportes y Recración (INDER) se atreverían a solicitar a los dirigentes de la nación que, en vez de la “caja central”, el destino del dinero que recaudan los equipos nacionales por participar en torneos en el exterior se destinara a aclimatar, en función de la Liga, la instalación construida en 1957.

Alguien debió hacer números e hizo notar que no debe gastarse esa plata, que no es poca y bien pudiera remediar la situación. Pero ese tema, sí que no trasciende. ¿A dónde va a parar? Desconozco. Parece evidente que importa poco que la selección se desempeñe en el exterior; total, ya lo hizo el año pasado y nadie protestó. Al menos públicamente.

En un país normal, los aficionados cubanos del voleibol podrían incluso enrolarse en paquetes turísticos a la cercana Republica Dominicana, pero ya sabemos que esta posibilidad está en el terreno de los sueños. Y soñar en Cuba sí cuesta bastante.

En fin, que los disciplinados y siempre fieles cubanos verán los partidos por televisión. Dice Eugenio George, el reivindicado entrenador de la selección femenina y presidente de la FCV, que para garantizar la calidad de esas transmisiones se harán “las coordinaciones necesarias” entre el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) y los dominicanos.

Dos lecturas de la debacle

El desinterés por reparar la instalación, sede del INDER, puede solapar otras dos lecturas.

La primera de ellas es la confirmación de que para el actual gobierno el deporte de alto rendimiento dejó de ser prioridad. Actitud asumida a partir de 2011 con la supuesta potenciación de la masividad, algo que también es duda por el estado deplorable de las instalaciones, la carencia de implementos y por el reiterado incumplimiento del convenio entre el Ministerio de Educación y el INDER.

El ex jugador Raúl Diago, pendiente de un proceso judicial.

El ex jugador Raúl Diago, pendiente de un proceso judicial.

La segunda pudiera ser una especie de “lección” para la FCV, quizás la menos dócil de todas las asentadas en el país y que está en remojo por el caso de corrupción que involucra a su ex presidente, el ex jugador Raúl Diago, en arresto domiciliario y pendiente de juicio.

Los problemas con el aire acondicionado estaban ya en la palestra desde el 2010, aún en la época de Diago. Ese año Argentina se negó a jugar, pero la Federación Internacional de Voleibol (FIVB) los obligó finalmente a cumplir el calendario previsto en La Habana.

Sin embargo, la indocilidad de los entrenadores y jugadores cubanos es un hecho notable, y no son escasos los hechos que pueden citarse para reafirmarlo.

A finales de los años 90, Eugenio George entregó directamente el dinero de una gira a sus muchachas, sin pasar por las manos del presidente de la FCV ni contar con el INDER, lo que le costó el puesto como entrenador principal de la selección nacional. Después de los Juegos Olímpicos de Beijing, en el 2008, otro entrenador destacado, Antonio “Ñico” Perdomo, dijo públicamente que se debía jugar en ligas extranjeras, y terminó en malos términos con la cúpula burocrática. (Ñico fue separado del equipo y poco después sufrió un infarto. Falleció a los 66 años, en el 2009).

Y es bastante conocido el hecho de que las Morenas del Caribe estuvieron tres días de huelga, negadas a entrenar, hasta que la FCV no les pagó parte del dinero que ganaron en el torneo élite de Dubai, poco antes de las Olimpiadas de Beijing. Son solo algunas de las irreverencias que el gobierno ni olvida y mucho menos perdona. 

Lejos de Londres

No obstante, el compromiso del 2012 no es la Liga Mundial, sino, en primera instancia, clasificar para Londres, según afirman los dirigentes deportivos cubanos. El preolímpico de NORCECA, inicialmente fijado para Tijuana, México, en mayo próximo, fue trasladado hacia Long Beach, California, lo que ciertamente “nubla aún más el panorama, toda vez que el rival en carrera de los voleibolistas cubanos, para la obtención del único cupo estival puesto en disputa, es precisamente Estados Unidos”, reconoció el sitio oficialista Cubadebate.

Con liga o sin liga en La Habana, pocos creen en el milagro olímpico, a fin de cuentas el principal objetivo del grupo. Y es probable que en Londres no participe ninguna representación cubana en los deportes colectivos (la escuadra masculina de voleibol es la de mayores posibilidades).

Háyase corrido el preolímpico de Tijuana hacía Baja California o a la Conchinchina (seguramente obedece a una “maquiavélica componenda” contra Cuba), el técnico Orlando Samuels no es mago y ya debe estar agotado de rearmar la sexteta titular una y otra vez.

Estampida de jugadores

Desde que reasumió la dirección del conjunto en 2007 -entre la década del 80 y del 90 colocó el elenco entre los tres mejores del mundo- han pedido la baja o marchado del conjunto los titulares Rolando Junquín, Oreol Camejo, Joandry Leal, Yasser Portuondo, Michael Sánchez, Robertlandy Simón y ahora se le suma el pasador Raydel Hierrezuelo, pieza vital en el subcampeontao mundial de 2010.

En otras latitudes pudiera causar estupor tantas renuncias, sobre todo cuando la mayoría llegó a  ser subcampeón mundial en 2010. Acá las causas se conocen y se debaten, pero en la calle. Los medios están obligados a callar.

Es vox populi que los jugadores no reciben el dinero que ganan (incluidos los premios individuales) y les impiden participar en ligas extranjeras. La revolución los formó y le deben gratitud eterna. Convincente argumento que nadie cree; menos ellos que durante todo el año se la pasan entrenando en las instalaciones del Cerro Pelado y viendo pasar el tiempo por el capricho de alguien que nadie se atreve a contradecir.

Ahí está el verdadero problema del voleibol… y el deporte cubano. Mientras tanto, el Coliseo continuará sin aire y volverá a ser noticia, al menos hasta el día que a alguien de arriba no le convenga.

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