Serie Nacional de Béisbol: Industriales, el más perjudicado

Adiós a los Metropolitanos, sucursal del equipo azul.

Adiós a los Metropolitanos, sucursal del equipo azul.

Por Alberto Aguila

La eliminación del equipo Metropolitanos de la venidera 52 Serie Nacional, que comenzará el 25 de noviembre, es uno de los acontecimientos beisboleros de mayor envergadura en el deporte cubano por las últimas tres décadas.

En cuanto al torneo, tendrá cambios con relación a su estructura, ya que se jugará una primera parte clasificatoria de 45 juegos y una segunda, en la que los ocho equipos de mejores promedios en ganados y perdidos continuarán en la pugna, con refuerzos obtenidos de los ocho restantes, que saldrán de la discursión por el título.

Los play off lo disputarán los cuatro primeros conjuntos.

Este cambio radical no cayó del cielo. Es consecuencia directa de los pobres resultados internacionales a partir del año 2000, los que obligaron a la dirigencia deportiva cubana a reformar el cronograma competitivo, en busca de una fórmula que pudiera conformar selecciones potentes como las que emergían de aquellas Series Selectivas, con una calidad muy superior a los torneos regulares.

Reclamo popular

Suprimir a Metropolitanos de las Series Nacionales fue un reclamo popular durante años entre el 90 por ciento de los seguidores de la pelota, después de los notables triunfos de los azules de Industriales, apoyados por refuerzos provenientes del segundo equipo de la capital. El apuntalamiento surtió efecto después de un tiempo en que Industriales dejó de ganar ante el empuje de los equipos del interior del país, los cuales, por supuesto- estaban impedidos de cualquier tipo de operación o estrategia similar.

Las Series Nacionales comenzaron con cuatro equipos, pero la extendieron hasta llegar a 12 y después a 18, con una novena fuerte y otra más débil de cada una de las seis provincias, pero la división de provincias en 14 territorios y un municpio especial trajo un vuelco total en la forma de concebir los campeonatos.

Se eliminaron entonces los segundos equipos, menos en el occidente del país, a partir de 1977. Además de La Habana, con Industriales y Metropolitanos, Pinar del Río (Vegueros y Forestales) y Matanzas (Citricltores y Henequeneros) fueron las otras provincias favorecidas con dos equipos hasta 1993, cuando solo Industriales mantuvo su “sucursal”.

Increíblemente, las repetidas conquistas de banderines por los conjuntos repletos de “guajiros” (1974-1985), motivaron que los dirigentes gubernamentales de la capital cubana presionaran al Instituto Nacional de Deportes (INDER). Los Comisionados Nacionales de Béisbol -fueron varios- se vieron obligados a permitir el refuerzo de Industriales con sus coterráneos y, por supuesto, ni uno solo se daba por enterado de las opiniones que se debatían en provincias, mientras la prensa nacional se hacía de la vista gorda y realzaba los éxitos del equipo azul. 

Sucursal de los Azules

Así las cosas, Metropolitanos resultó durante todo ese período -y hasta la 51 Serie- el único equipo que sirvió de sucursal de otro en la misma Liga. Caso singular en todas las ligas del mundo de cualquier deporte, lo que constituye uno de los pasajes más cuestionables de nuestro pasatiempo nacional en más de 50 años.

“Por ahora es imposible que eso ocurra. Soy vicepresidente del INDER, pero otros factores de mayor peso en las decisiones que se toman, me impiden hacer algo al respecto”. Así me dijo Raúl Villanueva, por entonces uno de los jerarcas del organismo deportivo cubano, al abordarle el tema durante el campeonato internacional de boxeo “Giraldo Córdova Cardín” de 1985, celebrado en Ciego de Avila.

En la conversación, efectuada en el Motel El Bosque, intervino también el desaparecido periodista de béisbol Bobby Salamanca, defensor de las ideas limpias y quien en infinidad de veces “tocó” el tema en sus narraciones y en el espacio radial Deportivamente.

Entre  el centenar y más de figuras de Metropolitanos que pasaron a Industriales en 35 años se recuerdan los nombres de Rey Vicente Anglada, Antonio Scull, Germán Mesa, Enrique Díaz, Lázaro de la Torre, Pedro Medina, Modesto Darcourt, Lázaro Valle, Juan Padilla, Pablo Miguel Abreu, Jorge Fumero y Francisco Despaigne.

Tan nociva fue la utilización de Metropolitanos como equipo finca, que no solo proporcionaba sus mejores jugadores al “hermano mayor’, sino que en infinidad de torneos “echaron el resto” en sus confrontaciones con novenas de provincias en la etapa final de los campeonatos, con la intención de evitar o arrebatar la supremacía a Industriales. En definitiva, están bien archivados  los boxscores y las notas periodísticas, relacionadas con choques decisivos ante el elenco que se nombró también marrones, rojos y guerreros, más recientemente.

Fatuos regionalismos

Para que se tenga una idea de la influencia del hermano menor en el “equipo emblema nacional”, señalo que en todos los triunfos de Industriales, entre 1986 y 2010, intervinieron peloteros sazonados en Metropolitanos.

En la corona añil de 1986 fueron factores decisivos Lázaro de la Torre, Pedro Medina, Juan Padilla y Javier Méndez.

El Industriales de 1992, ganó por las actuaciones del mismo Lázaro de la Torre, el zurdo Osvaldo Fernández, Juan Padilla, Germán Mesa y Javier Méndez. Y asi uno tras otro durante los restantes cinco gallardetes azules de 1996, 2003, 2004, 2006 y 2010, que estuvieron bien “teñidos” del color de su equipo sucursal.

¿Qué falta ahora al mayor de los eventos deportivos nacionales?

Sería conveniente que a los jugadores se les premie con mejores salarios, acorde con las realidades del deporte moderno, para intentar evitar el flujo de jugadores hacia la Meca del béisbol profesional. Un segundo paso debería permitir que los peloteros puedan ser cambiados de provincia a otra para buscar cierto nivel entre los participantes.

Hace pocos días se valoró la posibilidad de que Yulieski Gourriel, el gran pelotero del equipo Sancti Spiritus y de la selección nacional, pudiera pasar al Industriales para residir en la capital. Lo lógico en este caso hubiera sido -como ocurre en el béisbol organizado- que su partida formara parte de un canje por un par de buenos peloteros azules, como podrían ser el jardinero Serguei Pérez y el lanzador Odrisamer Despaigne.

¿Qué es parece? ¿Llegaremos alguna vez en la pelota cubana a ese nivel de normalidad competitiva, al margen de los fatuos regionalismos? ¿O es que se me fue la mano contra los Industriales?

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