Del pelo y las sandalias de Yoani Sánchez

Expresiones de apoyo en Miami por Yoani Sánchez.

Expresiones de apoyo en Miami por Yoani Sánchez.

Por Jorge Dalton*

Entre las cosas más importantes logradas por la bloguera y cubanísima Yoani Sánchez está la demostración de cómo una simple persona desde su casa, en un país con serias restricciones y prohibiciones en el internet -además de múltiples ataduras, represión, censura y autocensura-, es capaz de emitir un mensaje para expresar que una ciudadana común sí puede ser partícipe de cambios en su país y no necesariamente ser miembro de un partido o grupo político.

Cambios que ella y su esposo Reynaldo Escobar, con su sacrificada labor de denuncia, han generado a pesar de tener en contra el poder más absoluto.

A pesar del cerco gubernamental, Yoani ha conseguido tener en su blog 15 millones de visitas mensuales y más de medio millón de seguidores en Twiter. Recuerdo que el propio Fidel Castro logró reunir a un millón de personas en la Plaza de la Revolución en varias ocasiones. Eso ya no es posible porque Fidel Castro pertenece al pasado y es casi inexistente en el panorama actual de Cuba.

Insultos oficiales

Sé que muchos en Cuba la critican por diversas razones, aparte de los insultos oficiales, llamándola “traidora”, “agente del Imperialismo”, “apátrida”, “agente de la CIA”, “financiada por el Imperio”. También se le quiere marginar porque Cuba sigue siendo una sociedad machista y muchos no soportan que todo esto que está pasando con Yoani dentro y fuera del país, tenga a una mujer como principal protagonista.

Otros alegan que “es una bloguera más”, “sin mayor trascendencia”, “que intelectualmente es banal y no aporta mayor cosa”, “que no tiene una formación solida y por ende, carece de un pensamiento sólido”, etc, etc, etc. A parte otras cosas despectivas que se dicen como: “Que es chea”, “con esos vestiditos que parece monja”, “que las sandalitas que no se las quita”, “¡¡Ese pelo!! tan horrible que parece que tiene promesa”…

Ninguna de esos comentarios e investivas ha imposibilitado que Yoani se haya convertido en una figura importantísima dentro de Cuba y para muchos cubanos fuera de la isla. Incluso no solo para los cubanos. Es un referente importante para cualquier ciudadano que viva en una dictadura.

Aunque esté a punto de estallar una guerra nuclear en Corea, el desplome de la economía en España, Grecia y Chipre, la muerte de Hugo Chávez y las elecciones en Venezuela, Yoani está en las primeras planas de los periódicos del mundo, en revistas, y programas de radio y televisión de gran relevancia. Ha sido recibida y acogida por personalidades de diversas tendencias. Se ha convertido en una de las figuras influyentes a nivel internacional y ha terminado desplanzando a nombres oficiales cubanos de la élite, ya sean músicos, generales, actores, actrices, escritores, pintores, políticos, catedráticos o ministros.

Yoani versus Mariela Castro

Esto ha levantado muchas ronchas en los círculos oficiales y, por supuesto, su forma y hasta su manera de vestir ha resultado mucho más atractiva para la opinión mundial que la figura de Mariela Castro, ahora de visita en Brasil. Yoani ha sido reconocida, admirada, respetada y aceptada como nunca antes con ese pelo, con sus sandalitas, con esos vestiditos y con esa manera de pensar y hablar muy directa, sin mayores rebuscamientos semióticos y filosóficos.

Lo que más he admirado y defendido de Yoani desde que supe de ella es su potencial ciudadano porque vivo convencido de lo importante que un ciudadano pueda hacer por su país desde su casa. Yoani le ha demostrado al gobierno cubano -hasta el momento autoproclamado impenetrable e indestructible- que tal vez ya no sea tan importante crear un grupo opositor, un partido, sino que se puede llegar a ser un fuerte y respetado antagonista o disidente desde tu cuarto, en un apartamento en La Habana.

La sociedad hasta el momento no tenía un real conocimiento de quien es Yoani. Pero ahora las cosas pueden cambiar. Con esta gira internacional, muchos cubanos adentro han conocido su tono de voz, la han visto a través de los canales y han asimilado su mensaje.

Los blogueros oficiales, el gobierno de Cuba -que ha dedicado recursos para realizar dibujos animados difam;ándola- y otros criticones hacen el mayor esfuerzo por hacer creer que Yoani es lo mismo que Carlos Alberto Montaner, que la Brigada 2506, que Frank Calzon, que los congresistas cubanoamericanos con quienes se reunió con ellos. El asunto es que aunque se reunió con ellos, ella es algo muy distinto y diferente y no escribe igual. Es  en esa diferencia donde está la clave de su atractivo y de su propuesta renovadora como ciudadana cubana.  Esa diferencia es la que más le temen quienes la quieren denigrar. Ella ha demostrado ser libre de reunirse con quien sea. Además para tener un conocimiento de la diversidad de la comunidad cubana y el exilio había que reunirse, hacerse sentir y escuchar a todos.

Un cambio inevitable

Considero que todo lo que ha pasado con Yoani en estos días es bueno y saludable para nación cubana. Reconozco, por supuesto, que esto se debe a espacios que se han abierto con Raùl Castro como resultado de un inevitable proceso de transformación de la sociedad cubana. Un cambio que es necesario para la propia sobrevivencia del régimen. El no reconocerlo sería una insensatez.

Los que pensaban aplastarla afuera con mítines de repudio, cayeron en el fracaso más absoluto e hicieron el ridículo. El más sonado mítin fue en el aeropuerto a su llegada a Brasil, que terminó más temprano que tarde cuando fue recibida en el Congresobrasileño y luego entrevistada en importantes programas de televisión de máxima audiencia por periodistas de gran trayectoria. Los chanchulleros y gritones, seguramente notables especialistas y conocedores de Varadero y las casas de protocolo en La Habana, tuvieron que guardar sus pancartas y perderse del panorama. Y fue lo más inteligente que pudieron hacer.

En Miami ha tenido lugar un acontecimiento histórico. Yoani logro que la mayoría de los exiliados mostrara simpatía por ella, aun expresando su rechazo al embargo estadounidense. Esta posición la manifestó ante los congresistas demócratas y republicanos. La mayoría tuvo que oírla, sin repudios ni ofensas -algo que no había logrado ninguna figura prominente del exilio cubano en más 50 años.

Esquina roja, esquina azul

Sin embargo, en las afueras de la Torre de la Libertad de Miami, durante la entrega de la Medalla Presidencial del Miami Dade, se vieron imágenes reveladoras.

En la esquina roja estaban unas 15 o 20 personas con carteles liderados por el activista Max Lesnik, repudiando a Yoani y pidiendo “el fin del bloqueo”. Lesnik llamó a Yoani “la bloguera viajera”. Todos los que lo acompañaban, incluyendo al maceíto Andrés Gómez, daban una penosa impresión de cascarrabias, a la manera de esos militantes de la izquierda de tabacos Cohiba y zambullidas en Varadero que siguen reacios a reconocer la otra realidad cubana. Figurones del pasado.

En la esquina azul estaban otros 15 o 20 personajes de la llamada Vigilia Mambisa con pancartas que acusaban a Yoani de “agente de Castro”.

Ambos grupúsculos -para usar un lenguaje conocido- estaban hermanados por el ridículo y el extremismo. Ambos se manifestaban exactamente iguales en su retórica, sin ninguna diferencia esencial. Creo que con su presencia fue la prueba más rotunda de que en la Cuba que se avecina, están llamados a desaparecer. Me resulta difícil imaginar que la Alianza Martiana de Lesnik y la Vigilia Mambisa de Saavedra tengan cabida en la Cuba futura.

Se dice que Yoani corre un gran peligro y puede que sea tentada a pertenecer a una agrupación política dentro de Cuba. Eso echaría abajo su labor ciudadana. Espero que  no suceda. Por otro lado, los pensantes, los intelectuales, los de sólida formación, los supuestos generadores de pensamiento dentro de Cuba, no acaban de proponer nada trascendental para el futuro nacional, lo que también es un factor determinante para que una figura como Yoani salga mucho más fortalecida y visible.

Futuro y juventud

Muchos pensantes dentro de las instituciones cubanas están más que acomodados y no se atreven a proponer mayor cosa, ni siquiera dentro del llamado “socialismo democrático”, porque, ante todo, tienen demasiado miedo. Espero que eso cambie también porque hay gente muy respetable y honorable atrapada en ese silencio y que seguro buscarán alternativas para romperlo. Al calor de ese silencio seguirán surgiendo otras personas, en su mayoría serán jóvenes formados dentro de Cuba, conocedores incluso de la filosofía marxista, pero cuestionadores agudos de su realidad.

Para las jóvenes generaciones, el mayor miedo es el silencio y cada vez se sienten comprometidos con la Cuba que vivimos. El futuro pertenece por entero a ellos. En la nación diferente, prospera y democrática que sera Cuba, tendrán cabida los socialistas, los socialdemócratas, los de derecha, los liberales, los conservadores y también los comunistas, porque de lo contrario -como decía mi hermano Eliseo Alberto Diego-caeríamos en la misma trampa de estos 50 años.

El asunto es que Yoani tiene una gran ventaja por encima de todos: perdió el miedo. Ella ha pasado ya por detenciones, por tirones de cabeza dentro de un carro o un calabozo, y vigilancia las 24 horas, a ella, a su esposo y a su hijo. Ella no tiene miedo de hablar, de escribir, de expresarse, de caminar por la calle con las sandalitas, su pelo y sus vestiditos de siempre pero con frente en alto. De llamar por un celular y denunciar. De enfrentarse a los trogloditas de la Seguridad del Estado.

La perdida del miedo es, en esencia, la virtud más sobresaliente y admirable de la ciudadana cubana Yoani Sánchez.

El pelo largo siempre ha sido símbolo de rebeldía en los jóvenes y si este tiene que ver con alguna promesa de Yoani, pues ha valido la pena haberlo dejado crecer así tan abundante y hermoso.

*Cineasta cubano salvadoreño, hijo del gran poeta salvadoreño Roque Dalton (1935-1975). Creció entre Praga y La Habana, y se afincó finalmente en San Salvador, donde actualmente reside y trabaja como realizador de audiovisuales.

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