¿Por qué todos no podemos viajar a Cuba?

El rapero Jay Z y su esposa Beyonce en una escena de su controversial viaje a Cuba.

El rapero Jay Z y su esposa Beyonce en una escena de su controversial viaje a Cuba.

Por Ron Paul*

A principios de este mes, los artistas Jay-Z y Beyoncé recibieron una licencia del gobierno de Estados Unidos para viajar a Cuba. Debido a que no hay otra avenida legal para que los estadounidenses puedan visitar Cuba, este viaje sólo fue permitido como un “intercambio cultural” por el Departamento del Tesoro. Muchos sospechan que este permiso fue concedido, al menos en parte, debido a la fama, la riqueza y las conexiones políticas de la pareja.

Algunos miembros del Congreso que siguen apoyando el fracasado embargo de Cuba, exigieron a la Administración explicar por qué se permitió visitar Cuba a estos dos famosos. El viaje parecía sospechosamente como turístico y el turismo estadounidense aún no es permitido en Cuba, argumentaron en una carta a la Casa Blanca,  Los artistas fueron fotografiados comiendo en los mejores restaurantes, bailando y reuniéndose con los cubanos de a pie, lo cual es mal visto por estos miembros del Congreso.

Tal vez sea cierto que esta pareja usó su estatus de celebridad y sus vínculos con la Casa Blanca para obtener el permiso de viaje, pero la verdadera pregunta es, ¿por qué no el resto de nosotros no puede hacerlo?

Difícil, casi imposible

La administración Obama ha levantado algunas de las restricciones más onerosas a los viajes a Cuba, impuestas por la anterior administración Bush, pero para el estadounidense promedio viajar a la isla sigue siendo difícil, si no imposible.

Sin embargo, incluso aquellos que se les permite ir a Cuba no están autorizados a participar en las actividades turísticas -gastar su dinero como quieran, o relajarse en una playa.

El gobierno de Estados Unidos exige que los pocos americanos que permite viajar a Cuba sólo se dediquen a lo que considera “viajes con propósito” para “apoyar a la sociedad civil en Cuba, aumentar el libre flujo de información hacia, desde y entre el pueblo cubano, y ayudar a promover su independencia de las autoridades cubanas”. Deben demostrar que mantienen un itinerario completo de actividades educativas, de acuerdo con las directrices del Departamento del Tesoro sobre los viajes de contacto  “pueblo a pueblo”.

Así se deja al gobierno federal moldear la perspectiva para que visitar esa soleada isla caribeña suene tan miserable.

La razón por la que Estados Unidos restringe tan severamente el programa de las actividades de los pocos americanos autorizados a viajar a Cuba es que cree que el viaje debe promover el objetivo de tomar “pasos importantes para alcanzar el objetivo ampliamente compartido de una Cuba que respete los derechos fundamentales de todos los sus ciudadanos”.

Restricciones comunistas

Aunque no me hago ilusiones sobre el gobierno cubano -o cualquier gobierno, para el caso-, es irónico que Estados Unidos decidió ubicar una prisión en Guantánamo, Cuba, porque la detención indefinida y la tortura que tuvo lugar allí no habría sido ilegal en territorio estadounidense. Además, el gobierno de EEUU sigue manteniendo más de 100 prisioneros, indefinidamente a pesar de que no han sido declarados culpables de un delito y, de hecho, en decenas de casos están “sin asuntos pendientes”, pero no se les permite salir.

¿Cree realmente la administración que el resto del mundo no está molesto por su actitud de “has lo que digo, no lo que hago”?

Se nos ha dicho por los partidarios del embargo y la prohibición de viajar a Cuba que hay que tomar medidas para luchar contra los comunistas a cargo de ese país. Los estadounidenses deben tener prohibida la actividad de viajar a Cuba, dicen, porque los dólares turísticos sólo se utilizarían para apuntalar el régimen no electo de Castro. Irónicamente, nuestras políticas restrictivas de viaje a Cuba en realidad reflejan las políticas de viaje de los países comunistas del pasado y del presente. Bajo el régimen comunista en la antigua Unión Soviética y en otros lugares, eran sólo las élites bien conectadas las que podían viajar al extranjero -la gente como Jay-Z y Beyoncé. Al ciudadano medio no se le permitió ese derecho.

A pesar de que la flexibilización de las restricciones por la actual administración es un pequeño paso en la dirección correcta, no tiene sentido continuar con esta política fallida de casi medio siglo de antigüedad. La libertad de viajar es un derecho fundamental. La restricción de este derecho fundamental, en nombre de los derechos humanos es absurdo e hipócrita.

*Médico y político estadounidense, en tres ocasiones candidato a la presidencia de EEUU. Ha servido en el Congreso de EEUU por el distrito de Galveston, Texas, desde 1997. Su candidatura para ocupar la Casa Blanca se produjo como miembro del Partido Libertario en 1988, y como aspirante republicano en el 2008 y 2012. Este artículo fue originalmente publicado por el diario Albany Tribune y se reproduce en CaféFuerte por cortesía de esa publicación.

Traducción: CaféFuerte

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